Hoy quería escribir acerca de algo que perseguimos durante toda nuestra vida. Sobre la felicidad. No voy a descubrir nada nuevo que no se haya dicho ya, pero aprovechando algo que ha llegado a mis manos quería compartirlo contigo.
Voy a recordarte los siete pecados capitales de la felicidad.
El profesor Raj Raghunathan, profesor de la Escuela de Negocios de la India en Hyderabad nos cuenta que hay siete pecados que cometemos y van en contra de nuestra felicidad. Yo hablaré de estos pecados aportando algo de mi experiencia profesional y personal.
Nos cuenta el profesor Raj Raghunathan que la felicidad tiene un sustrato biológico. La información recogida acerca de ella se relaciona con la actividad prefrontal izquierda de nuestro cerebro. Pero además, intervienen en ella los niveles de serotonina y cortisol.
Veamos cuáles son esos pecados:
1. DEVALUACIÓN DE LA FELICIDAD
A veces devaluamos la felicidad por otras cosas. Las investigaciones parecen demostrar que las principales cosas por las que sacrificamos nuestra felicidad son el dinero y el estatus.
Cierto que el dinero facilita la vida, pero se trata de eso de que lo usemos y valoremos para facilitarnos la vida.
2. PERSEGUIR LA SUPERIORIDAD
Este pecado se refiere a que muchos creemos que la felicidad vendrá al ser superiores a los demás. Ya sabes, lo habrás leído y oído muchas veces, “supérate a ti mismo pero no tienes que superar a nadie”. A veces podemos creer que ser los más ricos, los más fuertes, los más guap@s y atractiv@s… nos hará más felices.
3. SER DEMANDANTE O SER EVASIVO
El profesor Raj nos cuenta que todos queremos tener relaciones saludables, cariñosas y enriquecedoras pero a veces este deseo puede ser expresado de forma poco saludable. Comenta que muchos de nosotros pecamos de ser demasiado demandantes y esto no es bueno para la felicidad, aunque tampoco lo contrario, ser demasiado evasivo o asocial.
Como siempre le digo a mis pacientes, las cosas por exceso o por defecto nos pueden causar malestar o problemas.Todas las relaciones se basan en la reciprocidad: dar y recibir. Pedir no es malo, el problema es que exijamos creyendo que nos merecemos las cosas más que los demás. Y claro que nos merecemos lo bueno, como todo el mundo. Da y recibe. Pide y da.
4. SER EXCESIVAMENTE CONTROLADOR
Si las cosas, las personas no son como queremos acabamos esforzándonos demasiado en controlar a otra gente o los resultados que queremos.
Hay cosas en la vida que no podemos controlar y es mejor aceptarlo que no quiere decir que nos guste. Y sobre las personas, siempre digo que si el objetivo de mi comportamiento es un cambio en los demás, acabaremos frustrándonos. No podemos controlar a los demás y no es bonito hacerlo. Cada uno es como es y si nos parece bien nos quedamos y si no, mejor nos vamos, pero no intentemos cambiar a los demás. Podemos pedir un cambio, podemos hacer una crítica constructiva, pero no exigir ni hacer críticas destructivas. Aceptar, respetar y decidir.
5. DESCONFIAR DE LOS DEMÁS
6. DESCONFIAR DE LA VIDA
Tanto este pecado como el anterior tienen que ver con esa visión negativa de la vida y de los demás.
Seguro que te sientes mal y poco feliz cuando piensas que no hay que confiar en las personas y que la mayoría de las personas son malas o “ piensa mal y acertarás”. Con esta visión te perderás muchas buenas experiencias, gente maravillosa que conocer y recuerda que equivocarnos, nos equivocamos todos. Una mala experiencia no tiene porqué llevarnos a generalizar.
Con la desconfianza de la vida ocurre igual. Centrarte sólo en lo negativo que hay en la vida que te roba felicidad. Ya sabemos que hay de todo, céntrate y sé agradecid@ con las cosas buenas que tienes.
7. NEGATIVA O INCAPACIDAD PARA ACCEDER A LA FUENTE INTERNA
El profesor Raj ser refiere con la “fuente interna” al estado de consciencia plena, a la habilidad para centrar la atención de forma amable y sin prejuicios en aquello que elijamos.
El profesor Raj nos cuenta: “SER CONSCIENTES NOS HACE FELICES”.
Mis pacientes me habrán escuchado muchas veces decir: “En cada momento toca lo que toca” y se trata de eso mismo, de prestar atención y consciencia plena a lo que hacemos en cada momento. Pero incluso cuando pasamos por un mal momento, cuando experimentamos algo desagradable también hay que centrar la atención. Centrar atención no es regodearnos en nuestra pena ni ir de víctimas, es aceptar lo que toca y, nuevamente, centrar atención en lo que estoy sintiendo.
Recuerdo una chica que iba a consulta y en una ocasión dijo que para sentirse mejor vivía como si no le hubiese pasado cierta experiencia desagradable. Estaba evitando enfrentarse a aquel hecho que había vivido. Entonces le pregunté que qué hacía en consulta. Ella decidió acudir a pedir ayuda por algo que le había ocurrido y le hacía sentir mal, por lo tanto evitarlo no le ayudaba a sentirse mejor.
Es mejor darnos nuestro momento para sentir, para ser conscientes de lo que estamos pasando si es algo desagradable. Permítete pasarlo mal, llorar y expresar lo que necesites, repito, sin regodearnos y sin victimismos.
Y cuando la experiencia sea agradable, plena consciencia de nuevo y disfrútala al máximo.
¿Crees que esa fuente interna es algo esotérico?
No es nada esotérico. Estamos hablando de funciones ejecutivas controladas por diferentes estructuras de nuestro cerebro: la atención, la concentración, la auto-consciencia…
El sistema activador reticular ascendente parece intervenir en el estado de consciencia y otras estructuras como el giro cingulado anterior, las zonas prefrontales y el núcleo caudado forman parte, también, de este sistema atencional.
Ya lo ves, no es esotérico pero puede tener mucho poder en nuestra felicidad.