“…Existe una bidireccionalidad entre lo estructural y lo funcional, entre lo orgánico y lo psicológico, que se influyen y modifican mutuamente al ser dos instancias inseparables de un mismo sistema. Pues nada son realmente la una sin la otra”.
Esto nos cuentan los estudios sobre bases neurobiológicas de las emociones. Hablan de esa bidireccionalidad entre lo orgánico y lo psicológico, y en este punto entramos nosotros. Queremos modificar las emociones desde el punto de vista psicológico.
Dicen que existen más conexiones desde las áreas emocionales a las verbales que de las verbales a las emocionales, pero éstas, haberlas haylas. ¿Cómo podemos, entonces, entrar a nuestro mundo emocional?
Desde la psicología, a través del lenguaje, porque el lenguaje es lo que le da sentido a las cosas. Por tanto, cuidado con lo que te dices a ti mismo acerca de ti, del mundo y de los demás, cuidado con lo que piensas porque esto le dará sentido a tu vida y en función de lo que te digas y piensas así te sentirás la mayor parte de las veces y esto te ayudará a elegir un comportamiento u otro.
Pero también podemos trabajar las emociones desde otros comportamientos manifiestos: deporte, lectura, estar con amigos, aprender una nueva habilidad...
Por tanto, trabaja tus emociones:
1. Eligiendo pensamientos positivos y realistas
2. No te quedes con el primer pensamiento que pasa por tu cabeza y te hace daño. Analízalo
3. Recuerda que no son los demás los que nos hacen daño directamente, aunque nos influya.
4. Elige comportamientos que te ayuden a sentirte bien: deporte, lectura, estar con amigos y/o familia, comer saludablemente, descansar adecuadamente, aprender una nueva habilidad...